viernes, 1 de junio de 2007

¿QUÉ DESEA HACER ANTES DE MORIR?


Hace unos días, navegando por la red (como ven también encuentro diversión fuera de Pornotube), hallé un peculiar concurso. Se trataba de responder en más de 20 palabras a la siguiente pregunta: ¿Qué quiero hacer antes de morir? Lo que escribí no llegué a enviarlo, pero se lo transcribo a continuación. Disculpen si en algún punto caí en la cursilería. Todos tenemos nuestro punto sensible:

"¿QUÉ QUIERO HACER ANTES DE MORIR?

Menuda pregunta. A los 24 años es difícil mirar más allá de tu horizonte inmediato, pero de seguro un día habremos de disponer de una respuesta a punto para esta cuestión. Porque, a final de cuentas, la vida es como un tren expreso: no se detiene ante nada ni nadie, y más tarde o más temprano el pasajero ha de apearse en alguna estación. Lo mejor es hacerlo de una forma sencilla, como se efectúa cualquier trámite burocrático, sin prisas, con el cuerpo relajado y la mente calma. Le recomiendo que evite cacareos hueros, lloriqueos, muecas o actuaciones melodramáticas de cualquier tipo. En momentos crudos, la naturalidad y la intuición pueden ser tus mejores armas, “forastero”. Además, lo desconocido siempre es atractivo, ¿Por qué empeñarnos en verlo todo tan negro? ¿Quién se ha encargado de crear toda esa absurda iconografía macabra y diabólica en torno a la muerte? Sí, viene de antiguo… Lo sé. Mas como invención humana no deja de ser precisamente eso, una ficción, una ilusión, una manifestación del temor del hombre a lo que no conoce y no puede encerrar en ninguno de los estantes de su casillero. En una sociedad tan efímera como en la que vivimos, donde lo que hoy es moda mañana se convierte pieza de museo; en una sociedad opulenta y artificiosa, donde la fama, la carne y la bolsa cotizan más que todos los logros personales, uno no puede sino reflexionar un poco, sentarse a “fumarse un pitillo” y echarse unas carcajadas ante lo que ve en derredor. Hazlo, es un hábito saludable y ahorra visitas al psicólogo de turno.


Conviene, amigo, mirar más allá de las luces de neón que centellean en tu horizonte urbano, más allá de los brillos metálicos de las lustrosas carrocerías, más allá incluso de la diáspora erótica que proyectan los cuerpos hechos a medida (como un traje sastre) pero que ocultan a veces un yermo paraje interno.

Tras apartar todas las capas a la cebolla, el ser humano se encuentra tan solo con una sencilla maleta y un pasaje de ida en su mano para un viaje que puede ser mágico, rico en aventuras, frenético, o por el contrario anodino, mojigato y remilgado. En cualquier caso, es un viaje ÚNICO sin retorno posible en el que sólo TÚ puedes marcar el rumbo y la velocidad. Por eso, compañero de viaje, destierra de ti aplausos y glorias, transita con liviano equipaje, esboza una franca sonrisa para el resto de pasajeros y no tengas ningún miedo a mostrar lo que sientes, deseas y quieres. Así, cuando te apees del tren no sentirás pesar, ni nostalgia, ni angustia por lo que atrás dejaste. Ese día de despedida y comienzo podrás decir en voz alta y con alegría: “Sólo sé que he vivido”. Esta frase encierra a fin de cuentas lo qué no quiero dejar de hacer y no es más que HABER VIVIDO. Gracias por acompañarme en este breve trayecto, amigo, y suerte en tu viaje".

2 comentarios:

Álvaro Beltrán dijo...

Antes de morir quiero esperar la muerte en silencio, bajo una espesa capa de azules olvidada, bajo el tintineo penoso de una boca que pide amor transmutado. Antes de morir quiero acariciar la hondura de unas venas y sentir el galope de la sangre espesa rogando devoción.

Tal vez quisiera abordar otras palabras envueltas en veneno de otro error. Pero sé que los errores son los únicos que, desordenados y cínicos, nos llevan a una muerte segura, a esa muerte en que la realidad ya no sea un mero problema de supervivencia.

PELEON dijo...

No tengo el EP de Gloria Lasso que me dices, pero si lo encuentro en alguna de mis rondas lo compraré