lunes, 12 de febrero de 2007

KILÓMETRO CERO

¿Cómo iniciar un viaje? Hay una serie de instrucciones básicas que todo buen viajero debe conocer. Equiparse correctamente, mezclar a partes iguales sendas dosis de ilusión y paciencia y, por supuesto, enfrentar la marcha con la cabeza despejada, los pies descansados y la capacidad de improvisación en el bolsillo interior de la chaqueta. Así usted podrá iniciar cualquier viaje que estime oportuno, desde mental, emocional, físico, verbal, sexual, de negocios, a hurtadillas, a toda prisa, de relax, sin fecha de retorno, crucial etc. Pueden ampliar la lista cuanto quieran.
En el viaje siempre hay una nota de despedida por lo que dejamos atrás y de gozo por las nuevas aventuras que el destino nos depara. Ese punto de incertidumbre que se cierne sobre el viajero y que le obliga a mantener sus sentidos en continua alerta, también aporta excitación y deseo de superación. Una vida entera puede voltear 180 grados al tomar una esquina para enfilar una avenida de cualquier gran ciudad. El azar, la magia y la propia mecánica cósmica entretejen un tapiz donde nuestra vida nómada puede estallar en mil pedazos y rutilar, para luego reintegrarse y volverse a descomponer en miles de partes.
En el viaje podemos arribar a buen puerto o puntuales a nuestro destino. También podemos quedarnos en el camino varados en un mar de neón o en los brazos de algún desconocido. Pero nadie, nadie absolutamente sale ileso de él. Por eso ahora, situado en este kilómetro cero, quisiera daros la bienvenida a todos los que de algún modo o en algún punto de este trayecto deseen unirse a este caminante. Gracias.

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